sábado, 6 de diciembre de 2014

Inteligencia emocional por Humberto Maturana.



Vivimos en una cultura que contrapone emoción y razón como si se tratase de dimensiones antagónicas del espacio psíquico......hablamos como si lo emocional negase lo racional y decimos que lo racional define lo humano. Al mismo tiempo, sabemos que cuando negamos nuestras emociones, generamos un sufrimiento en "los nosotros" o "los demás", que ninguna razón puede disolver.

Hablamos como si la razón y la lógica del razonar tuviesen un fundamento transcendental, y como si tal fundamento diese validez universal a nuestros argumentos racionales....lo racional se realiza, desde lo emocional.

Las emociones son disposiciones corporales que especifican dominios de acciones, con lo que las acciones humanas, cualquiera que sea el espacio operacional en el que se den, se fundan en lo emocional porque ocurren en un espacio de acciones especificado desde cada emoción. El razonar también... (el creer que "razonamos", o que pensamos de una manera "totalmente racional" en algún momento es una entelechia del "yo" humano....todo sistema racional tiene fundamento emocional, y es por ello que ningún argumento racional puede convencer a nadie que no esté de partida convencido, al aceptar las premisas "a priori" que lo constituyen.



Las emociones son disposiciones corporales que especifican en cada instante el dominio de acciones (situaciones) en que se encuentra la persona; y, el emocionar, entendido como un fluir de una emoción a otra, es un fluir de un dominio de acciones a otro.

Todo sistema racional y, en efecto, todo razonar, se da como un operar en las coherencias del lenguaje a partir de un conjunto primario de coordinaciones de acciones tomado como premisas fundamentales, aceptadas o adoptadas, a priori.

Pero, ocurre que todo aceptar a priori, se da desde un dominio emocional particular en el cual, queremos lo que aceptamos, y aceptamos lo que queremos, sin otro fundamento que nuestro deseo, que se constituye, y expresa en nuestro aceptar.

Todo sistema racional tiene fundamento emocional y es por ello que ningún argumento racional puede convencer a nadie que no esté de partida, convencido al aceptar las premisas a priori que lo constituyen.

"El ser humano adquiere "su emocionar" en su vivir congruente con el emocionar de los otros seres, humanos o no, con quienes convive."

Lo humano surge en la historia evolutiva del linaje homínido al que pertenecemos, al surgir el lenguaje......es el modo de vida homínido, lo que hace posible e incluso necesario, el lenguaje; y es el "amor" como la emoción que constituye el espacio de acciones en el que se da el modo de vivir homínido, la emoción central en la historia evolutiva que nos da origen.

Cuidado con las conversaciones de autodepreciación....."soy torpe y siempre lo hago todo mal." nos lleva a un fluir entrelazado de las emociones con el lenguaje, y cuando esto ocurre, el resultado de nuestro quehacer, parece confirmar nuestra autodepreciación... y luego las emociones de una situación concreta, afectan a las emociones de otras, se entremezclan, y entre ellas forman nuestro estado de ánimo...(profecías autocumplidas)

Hay que realizar las tareas en la emoción del placer, porque cuando las realizo en una emoción distinta del placer, adscribimos nuestro desencanto o desagrado a las circunstancias en que se da nuestra tarea y la acusamos de interferir en ella.....si realizamos la tarea en la frustración, significa que estamos realizando la tarea en el deseo de estar en un lugar distinto de donde se está....si realizamos la tarea en la expectativa, significa que estamos en el deseo de tener el resultado de la acción antes de completarla.

Debemos darnos cuenta de nuestras emociones, y conocerlas en su fluir, cuando queremos que nuestra conducta sea "racional", desde la comprensión de lo emocional.


Humberto Maturana.

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