lunes, 29 de octubre de 2012

Causas de los celos infantiles

La rivalidad entre hermanos es una condición inherente al ser humano. ¿Por qué se origina esta rivalidad? Por la lucha por el amor de los padres. Pero esta lucha por lo general se da sanamente, salvo que los padres compliquen el terreno. Los padres -muchas veces sin darse cuenta- fomentan estos celos que pueden traer consecuencias negativas en sus hijos.

Los celos infantiles pueden tener su origen en una o varias de las siguientes causas:

Los privilegios que se otorgan a los hijos según el lugar que ocupan en la familia. A veces se le conceden al hermano mayor por su edad, y en otras ocasiones se propician más al menor. El primer hijo, al estar acostumbrado a ser el único y recibir el afecto y atención de padres y familiares, se puede sentir desplazado cuando aparece un hermano con el que debe compartir esas atenciones y afecto. En ocasiones, el hermano menor se siente menos privilegiado por no tener las concesiones que los padres hacen al mayor.
Los hermanos que ocupan lugares intermedios en el orden de edad, suelen sentirse en segundo plano y buscan con más insistencia amistades fuera del núcleo familiar.
El momento evolutivo del hijo. Si aparece un hermano cuando el anterior está en la fase de "apego" a la madre y requiere aún muchos cuidados, es probable que reaccione con un comportamiento celoso, demandando más atención.
La preferencia de los padres hacia un nuevo hijo de sexo diferente. Suele ocurrir en algunas familias que con la llegada de un hijo de sexo diferente, los padres tienden a manifestar una gran satisfacción y al colmar los deseos de éstos, el hermano se encuentra desplazado y sufre por ello.
Las características distintivas de los hermanos. Si hay dificultades físicas, intelectuales, de personalidad, en uno de los hermanos, los demás pueden sentirse menos atendidos y aparecer conductas celosas. Y al contrario, si en el hogar hay un hermano muy dotado (en capacidades y habilidades, simpatía,...), los familiares, vecinos y amigos lo supervaloran, sintiéndose relegados los demás hermanos.
El nivel de sensibilidad de los hijos. Ante la misma situación o acontecimiento, unos responden de forma alarmante y sin embargo otros apenas presentan reacción.

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